viernes, 24 de agosto de 2012


Esto sucede como resultado de la destrucción de su cubierta vegetal, de la erosión del suelo y de la falta de agua; con frecuencia el ser humano favorece e incrementa este proceso como consecuencia de actividades como el cultivo y el pastoreo excesivos o la deforestación. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el 35% de la superficie de los continentes puede considerarse como áreas desérticas. Dentro de estos territorios sobreviven millones de personas en condiciones de persistente sequía y escasez de alimentos. Entre muchas cosas se considera que la expansión de estos desiertos se debe a acciones humanas.
La desertificación es la degradación de las tierras áridas, semiáridas y zonas subhúmedas secas. Causado principalmente por variaciones climáticas Y actividades humanas tales como el cultivo y el pastoreo excesivo, la deforestación y la falta de riego. La desertificación no se refiere a la expansión de los desiertos existentes. Sucede porque los ecosistemas de las tierras áridas, que cubren una tercera parte del total de la tierra, es extremadamente vulnerable a la sobreexplotación y a un uso inapropiado de la tierra.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la desertificación amenaza a la cuarta parte del planeta, afecta directamente a más de 250 millones de personas y pone en peligro los medios de vida de más de 1 000 millones de habitantes de más de 100 países al reducir la productividad de las tierras destinadas a la agricultura y la ganadería. Estas personas incluyen muchas de los países más pobres, los más marginados y los ciudadanos políticamente más débiles. Aunque la desertificación puede ser provocada por las sequías, en general su causa principal es la actividad humana: el cultivo y el pastoreo excesivos, la deforestación y la falta de riego.


CONVENCIÓN CONTRA LA DESERTIFICACIÓN.

Un tratado de las Naciones Unidas, la Convención Internacional de lucha contra la desertificación en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en África (1994), se ocupa de este problema. La Convención, en la que son parte 186 países, establece el marco para todas las actividades encaminadas a combatir la desertificación y se centra en el aumento de la productividad del suelo, su rehabilitación y la conservación y reordenación de las tierras y recursos hídricos. Asimismo insiste en la participación popular y en la creación de un "entorno propicio" que ayude a la población local a valerse de sus propios medios para remediar la degradación del suelo. También incluye criterios para que los países afectados preparen programas nacionales de acción y asigna una función sin precedentes a las ONG en la formulación y ejecución de esos programas.
Esta Convención tiene como objetivo principal el promover una acción efectiva a través programas locales innovadores y cooperación internacional de apoyo, estableciendo las pautas para luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la sequía en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en África, a través del mejoramiento de la productividad del suelo, su rehabilitación y la conservación y ordenación de los recursos de las tierras y los recursos hídricos, en el marco de un enfoque integrado acorde con el Programa 21, para contribuir al logro del desarrollo sostenible en las zonas afectadas.
También enfatiza la participación popular y la creación de condiciones que ayuden a la población local a evitar la degradación de los suelos de forma autosuficiente. Por otro lado, asigna a las organizaciones no gubernamentales una función sin precedente en la preparación y ejecución de programas para evitar la desertificación.
La Convención reconoce que la batalla para proteger las tierras áridas será muy larga, ya que las causas de la desertificación son muchas y complejas, por lo que se tendrán que hacer cambios reales y difíciles, tanto a nivel internacional como local.

EVOLUCIÓN.

La desertificación puede ser causa o efecto del proceso de aridización. Originalmente esto pasa en las zonas que son fértiles, donde se practica la agricultura secuencial. El aumento de la población obliga a una explotación intensiva del terreno hasta que se produzca su agotamiento. La segunda etapa comienza cuando el suelo deja de ser fértil y se encuentra despojada de su cubierta vegetal, el agua y el viento lo erosionan más rápido hasta llegar a la roca.
En la mayor parte de las zonas de cultivo el suelo se erosiona mucho más deprisa de lo que demora en formarse. Podrían necesitarse décadas o siglos para que el paisaje volviera a cubrirse de verde.

ATENUACION DE ESTE PROCESO.

A lo largo de los años se han estudiado diversos métodos para recuperar terrenos desertizados, muchas veces con éxito.4 Un método que ha tenido mucha aceptación es lareforestación progresiva de las zonas afectadas. Realizando un estudio dentro de cada caso, se van introduciendo especies de plantas que soporten los niveles de sequía en la zona, aumentando los niveles de humedad y progresivamente introduciendo nuevas especies ganando terreno sobre las zonas afectadas. Existe un caso práctico que se ha llevado a cabo en la década de 1930, con éxito en Villa Gesell, una pequeña ciudad del litoral de Argentina.
En Israel, el científico León Brenig presentó el proyecto Geshem (lluvia en hebreo), con el que pretende crear lluvia artificial.La lluvia artificial se basa en la denominada isla de calor, definida como región de una determinada superficie con una temperatura significativamente superior a la de sus alrededores, aproximadamente unos 6 °C por encima de esta, en la cual se atrapa el vapor de agua contenido en la atmósfera hasta una altura superior a 1 km, donde empieza a condensarse para, a continuación, provocar precipitaciones.
Este método ha creado cierta expectativa en el mundo científico, y va a ser probado por primera vez en Israel en el desierto del Néguev, a 150 km de la costa, una vez se disponga del material necesario para evitar la contaminación, y sea lo suficientemente barato para que su aplicación sea rentable. El proceso de investigación se puede prolongar hasta cinco años y no tendrá consecuencias negativas para el ambiente por lo que lograría resolver los problemas de flora y fauna que los trasvases y la desalinización provocan. Otros países como España siguen muy de cerca el desarrollo de este proyecto.
Los esfuerzos para aliviar la pobreza de las comunidades locales a través de grupos de autoayuda, los gobiernos nacionales a través de los planes de desarrollo y la comunidad internacional a través de asistencia para el desarrollo son a menudo inferiores a la sequía y la desertificación. La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación es una herramienta, a disposición de locales comunidades y organizaciones de la sociedad civil, gobiernos locales y nacionales y subregionales y las instituciones regionales, para ayudar a consolidar estas ganancias. Mediante la utilización de los indicadores diseñados para supervisar y evaluar los cambios ambientales actores y medios de vida a todos los niveles pueden potenciar a sí mismos y tomar decisiones basadas en la evidencia.